miércoles, 15 de mayo de 2013
Inframundo de los nahuas
Entre los nahuas el inframundo era el lugar de los muertos fallecidos de muerte natural. Este sitio era llamado Mictlan y contaba con nueve pisos. Aquí reinaba eternamente la oscuridad. Se encontraba en el Norte, que era el rumbo conocido como Mictlampa. Estaba presidido por Mictlantecuhtli el dios de los muertos y Mictecacíhuatl, señora de los muertos. Para llegar a Mictlam, el muerto debía pasar por un camino lleno de dificultades donde encontraría:
Piedras que chocaban entre sí.
8 desiertos y 8 colinas.
Un terrible cocodrilo llamado Xochitonal (en el municipio de Ocotepec del estado de Puebla se encuentra un cerro con este nombre).
Un espantoso viento de obsidianas cortantes, llamado Itzeheccayan. Para defenderse de este viento enterraban al muerto envuelto en hojas de papel.
Un río llamado Chiconahuapan, que significa Nueve Aguas que tenía su corriente por debajo de la tierra en sentido de occidente a oriente y se conectaba con las aguas del mar. El muerto necesitaba la ayuda de un perro que antes había sido sacrificado e incinerado en los funerales. El animal esperaba al hombre en una orilla y le cargaba sobre su lomo para pasarlo a la otra.
Para todas estas aventuras se le proporcionaba un haz de jabalinas.
Al llegar al inframundo Mictlan, el muerto tenía que presentarse ante las dos deidades y entregarles unos regalos que habían sido enterrados con él para esta ceremonia. Las deidades le indicaban el lugar que le correspondía. Estos muertos habitaban en este inframundo de manera muy parecida a como habían habitado en la tierra, y por eso se les solía enterrar con sus herramientas de trabajo. Si la persona era noble, se ponía junto a ella un jade (chalchihuitl) y se sacrificaban con él esclavos para que le sirvieran en el otro mundo.
Se dice en mitología que Quetzalcóatl bajó al Mictlan a recoger los huesos de los muertos para crear la nueva humanidad.
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